martes, 6 de septiembre de 2016

El cristal de Oberón

Mirad para lo que sirve Entropía. Esto sucedió antes del último Festival:

El alba próxima estaba; El calor de aquellas primeras luces resultaba reconfortante tras el fresco de la noche, los pensamientos se avivaban y con un ánimo más despejado al día se saludaba.

Sentada a la orilla de las aguas y con la mirada perdida en el infinito aún portaba el pergamino que hacía dos noches había llegado a sus manos.

El mundo del emperador Ha-Qadosch, uno de los más cercanos a la Emperatriz, había sido consumido por la Nada.
Tiempo hacía que la Emperatriz le había visto decaer; envejecido y debilitado, presa fácil era para los siervos oscuros, mas desconocía la causa de su rápido abatimiento.
Lo que de su mundo había quedado pertenecía ahora al Emperador Entropía, quien al parecer pretendía sacar provecho de lo poco que había quedado de la devastación. Qué había sido del Emperador Ha-Qadosch lo desconocía……

- Hace una luna vi una estrella caer….. Y hace tres noches un mundo dejó de palpitar…
- Sorprendente me parece que un duendecillo como vos pueda distinguir tan claramente la luz de un mundo a la de una estrella. Tan distantes son que a veces yo misma los confundo. - Respondió la Emperatriz
- Sus maneras encuentra uno…...
- Ojalá mi visión me permitiera ver con más claridad los otros mundos.
- Maneras las hay, mi Emperatriz, saber cómo es importante.
- La visión espiritual tiene sus límites, no puede trascender los mundos.
- Un objeto hay que lo hace…..’’ - la Emperatriz le miró suspicaz. ‘’ Las hadas a buen recaudo lo han guardado durante tiempos ya olvidados…..
- ¿A qué objeto os referís?
- ‘ El cristal de Oberón’ lo llaman ; muchas cosas se pueden ver a través de él…. cosas más allá de vuestra creación….
- Nunca oí hablar de él. Me desconcierta saber cómo un objeto con tal poder haya podido acabar en manos de las hadas. ¿ Dónde se encuentra?
- Perdido es ……pues después de la batalla extraviado fue. Saber cómo y dónde buscar es importante, mi señora. Bueno soy en eso. Si lo desearais, permitidme que indague y averigüe acerca de ello.
- Me satisface en verdad. Hacedlo, y sed discreto.
- A vuestra merced, Emperatriz. Me lleve un día, una luna o una estación, lo que pueda os prometo hacer.

Y con una sonrisa de lado a lado corrió colina arriba hasta desaparecer.

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